Milagro musical de la mano de Corinne West

Si existen los milagros, el sábado 17 de enero pasado vimos uno de ellos. Un concierto sensacional, inolvidable, único. Era Corinne West, una artista nacida en Virginia, y que estaba de gira por España. Tuvimos la suerte y la punteria de traerla al pequeño escenario del Don Floro, y el público respondió muy bien, llenándolo hasta arriba.Curiosamente la música americana es para muchos una corriente aún por descubrir. Sus raices la convierten incluso en más vieja que el propio país donde se desarrolló. La mezcla de lo africano, lo europeo, y lo irlandés en particular, han conformado una marca muy amplia, bautizada como bluegrass, country, blues, zydeco, folk…. Mucho de esto fue lo que vivimos y escuchamos en un abarrotado Don Floro el pasado sábado. La culpable, un chica llamada Corinne West, que armada con solo su guitarra, y una voz cálida, nos transportó a esos áridos paisajes californianos. A ello contribuyó de manera excepcional el reverenciado Doug Cox, que dobro en mano, cautivó en cada intervención a un público entregado bajo un silencio sepulcral, que solo se rompía entre canción y canción. Corinne West pertenece a una nueva generación de la música popular americana, que no olvida a sus ídolos, Emmylou Harris o Jackson Browne, pero que intenta dejar constancia de su propio sello.. Como ella misma promulga, -no dejo de estar en carretera, ya sea dentro o fuera de mi país-. En esta gira europea, ya ha estado en más de siete paises. El concierto que ofreció el sábado estuvo salpicado por las canciones de sus dos únicos discos hasta la fecha, Bound for the Living y Second Sight. Canciones exquisitas, sin desperdicio, como Hell Yes, Amelia, Mother to Chile, o la enorme Angel, completaron el círculo perfecto para crear una atmósfera extraordinaria, la del Don Floro. No faltó una sugerente versión del Everybody´s talking at me, canción principal del film, Cowboy de medianoche, obra del mítico músico y cantante norteamericano Harry Nilson, Una vez más se hizo el milagro musical en el pequeño escenario de Galiana.
Foto: Corinne West y Rafa Balbuena